jueves, 21 de agosto de 2014

Bajando de la parra

Currito y Currita empezaron el cole el lunes. Currito ya va a primer grado y está feliz. Se siente mayor, y ni te cuento la emoción que sintió cuando la profesora le sentó al lado de su amor platónico. Ahí estaba él que no sabía donde mirar y su princesa, a su lado, posaba poniendo morritos mientras su madre les hacía fotos ¡Qué mal rato! Pero que bien tener a su rubia tan cerquita… Sin duda la cosa ha empezado bien. Se levanta contento y vuelve contento (a pesar de que lo fríen a deberes desde el primer día). 
Así que una se puede olvidar de Currito por unas horas e irse de paseo a la Castellana.

Currita es otro cantar, como siempre. Ella tiene sus ritmos, si la quieres seguir perfecto, y si no, también. Le importa un pito lo que hagas. 
De momento lo de madrugar no va con ella. Es un horror sacarla de la camita, es un horror que desayune a un ritmo normal, y es un horror que salga de casa dirección al cole, porque lo hace llorando como si un batallón de arañas gigantes y peludas vinieran tras ella. No quiere ir al colegio, lo tienen clarísimo. 
Esta mañana he tratado de hablar con ella, de despertar su interés contándole lo bueno que es aprender a leer y a escribir, ver a sus amigos, jugar todo el rato… y su respuesta ha sido rotunda:
- Mami, yo prefiero ver la tele. Lo demáz ya lo hace Currito muy bien.
Así que un día más que se ha ido montando el pollo.


Mi parra.

Y claro, con Currita así, no me voy tranquila de paseo y mucho menos cruzando el océano. Qué si me llaman porque se ha encerrado en el baño o porque tiene amordazada a una profesora no llego a tiempo ni de coña.
La cosa es que poco a poco me voy bajando de la parra, y una vez más me voy haciendo a esta mierda de vida sin jamón ¡Ay!



4 comentarios:

  1. Si es el Currito que yo conozco, solo piensa en jugar al futbol. Y hace bien: lo del amor está muy sobrevalorado....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo. Mucho mejor el fútbol que la rubia, digan lo que digan.

      Eliminar
  2. Jajaja, ¡Yo tampoco sabría vivir ya sin jamón!...

    ResponderEliminar