martes, 24 de febrero de 2015

Y yo me pregunto...

¿Y si talan el árbol que me da sombra? ¿Y si me quedo aquí? ¿Mejor pájaro en mano? ¿Un tatuaje? ¿Un corte de pelo? ¿Y si ya no te quiero? ¿A qué hueles? ¿Roncas? ¿Madrid es cómo lo imagino? ¿Cuántos besos no doy al día? ¿Te vienes a San Francisco? ¿De verdad no te voy a ver más? ¿Me olvidaré de tu cara? ¿Podemos? ¿Nos vigilan? ¿Perro ladrador poco mordedor? ¿Te estás columpiando? ¿Me quedaré con las ganas? ¿Y si me dejo? ¿Y si no sale más el Sol? ¿Otra vez? ¿Y si paso de largo? ¿Flores de Bach o Lexatín? ¿Qué es mejor, la voluntad o el talento? ¿Me seguiré sorprendiendo? ¿Otro bebé? ¿Cuándo demonios vas a escucharme de una vez? ¿Te gusta cuando callo porque estoy como ausente? ¿Mis palabras no te tocan? ¿Y si no existiera morir? ¿Qué estás leyendo? ¿Y si tuviera súper poderes? ¿Fumo? ¿Por qué llueve sobre mojado? ¿Qué será de Curra? ¿Y si nadie nos viera? ¿Estamos de paso? ¿Nunca beberé de ese agua? ¿Si me miras me ves? ¿Si me oyes me escuchas? ¿Si me tocas me sientes? ¿Loco o cuerdo? ¿Lo volveré a hacer? ¿Lo volveré a intentar? ¿Y si dejo de imaginar? ¿Estoy aquí o allí? ¿Por quién me cambiaría? ¿De verdad hay tanto lerdo suelto como parece? ¿19 días y 500 noches, no son muy pocas? ¿Hay tanta luz como parece? ¿Te acompaño hasta tu casa y luego me acompañas tú a la mía? ¿Y si pudiera mirarte por un agujerito? ¿Tienes los años que aparentas? ¿Nunca te quitas la careta? ¿Siempre es mejor la verdad? ¿Es vértigo o deseo de caer? 

¿Y si paso de todo?


martes, 17 de febrero de 2015

Cantando con una mejicana

El sábado tuvimos juerga con un gringo y una mejicana. Con niños y todo. Empezó como suelen empezar las buenas juergas: sin querer. Sin querer queriendo…
Paseo por South Beach con cervecita en mano, los niños correteando a nuestro alrededor y flipando con el personal con el que nos vamos cruzando.
Las 9. Habrá que pensar qué hacemos. ¿Vamos a casa y cenamos algo? Vale.

En casa. Mientras los niños se encargan de destrozar todo lo que pillan, nosotros salimos a la terracita a seguir con las cervezas y comer algo. Cerramos la puerta y que dentro hagan lo que quieran, jugar al fútbol o quemarla. Me la pela. 

Las 10 y las 11, las 12 y la 1, y las 2 y las 3... Si, ya sé que soy  muy pelma con las canciones pero es que viene al caso.
Los  4 cachorros por fin se quedan sopas por ahí, donde pillan. Angelitos… Y de repente, la mejicana se arranca a canturrear no sé qué a mi lado, hasta que lo reconozco y pienso: Uy..., no sabe donde se está metiendo… Y claro, me pongo a hacer los coros.
Empezamos con rancheras, que el grito mariachi anima mucho. Por fin los hombres nos abandonan y se van a sus quehaceres de arreglar el mundo y de exaltación de la amistad. Mi colega y yo seguimos a lo nuestro:
- ¡¡¡Con dineeeero y sin dineeeero, hago sieeeeempre looo que quieeeeero, y mi palabra es la leyyyyyyyyy!!!




(Tengo que decir que mi casa es un edifico serio donde jamás en la vida hemos oído una voz mas alta que la otra y menos a esas horas)

Pues eso, que cantamos cual locas en la terraza como si el mar fuese nuestro fan mas fiel.
¡Qué bien se siente una cuando se cree que canta como los ángeles aunque lo haga como el culo! Te creces, y cada canción nueva vas un poquito más lejos. Hasta que por fin te levantas y mando a distancia en mano a modo de micrófono, lo das todo y te partes de risa. Y gesticulas e imitas las muecas que ponen los cantantes -nunca he sabido muy bien por qué- pero lo haces igual. O eso crees. Y piensas: si es que yo tenía que haber sido cantante…

Y ahí queda. Del día siguiente mejor hablamos en otro momento. Creí morir.   




lunes, 9 de febrero de 2015

Un pasado en blanco y negro

El Canal Internacional de Televisión Española es de las cosas más tristes que he visto en mi vida. Documentales sobre las fiestas regionales de cualquier pueblo español, películas del año de la pera que están más vistas que el tebeo. Saber y Ganar, Cuéntame y telediarios, muchos telediarios. Y por supuesto, Españoles por el mundo 3 horas al día. A ver si los responsables de programación se ponen las pilas un poquito por favor.



Ayer ponían una peli en blanco y negro de esas que entristecen, que más que sueño te dan pena profunda. Que parecía como si esos colores apagados, y esas imágenes viejas se colaran en el salón y lo tiñeran todo de nostalgia color ceniza y de tinieblas del pasado.
Nadie la estaba viendo pero de repente algo llamó la atención de Currito:
- Mamá, ¿eso es el pasado?- preguntó mientras seguía mirando interesado.
- ¿Qué quieres decir Currito?
- ¿En el pasado era todo gris y negro? ¿Cuándo la abuela Uvita era pequeña el mundo era gris?
- No Currito, antes las cosas tenían los mismos colores que ahora. Eso sólo es una película…
En ese momento dos hortelanos cargaban un cesto lleno de vete a saber tú el qué (al ser en blanco y negro es complicado saberlo, porque si fuese naranja estaba claro ¿me explico?). Caminaban agotados y sudorosos bajo el solazo de un campo seco y gris.
- ¿Y por qué es tan triste?- preguntó finalmente.

Y después de explicar a Currito como evolucionó la televisión hasta convertirse en lo que es hoy en día, me quedo impresionada con la película que se había montado el pobre Currito en su cabeza:

¿No es flipante que creyera que en el pasado la vida era en blanco y negro? Muy desencaminado no iba, creo yo.






GRACIAS POR TU COMENTARIO

martes, 3 de febrero de 2015

Haciendo las Américas


Hoy mamá Curra escribe aquí (página 18):




Gracias a AEXE (Asociación de Expatriados y Emigrantes Españoles) y a la revista Pasaporte, por ofrecer a mamá Curra esta oportunidad. La vida del expatriado es un poquito más fácil teniendo gente como vosotros al lado.