martes, 14 de abril de 2015

18 de abril

Hoy hace dos años que no te veo sonreír. Hace dos años que quedamos para decirnos adiós porque nos íbamos a Miami al día siguiente. Te recuerdo con tu chaleco de cuero, tu mirada verde tan viva y esa sonrisa como embobada cuando mirabas a los cachorros. Tenías ese halo que hace brillar a las personas buenas, a las que quieren dar amor de verdad.
No te dije adiós. No quería decirte adiós. Ahora me arrepiento.
Pero todos los días de estos dos años te he tenido más presente que los últimos 10. Te imagino en mi terraza mirando al mar, con la esperanza de ver un delfín. O sentada en la silla de mi habitación con esa media sonrisa tan tuya y con cara de contemplación, mientras yo trasteo por la casa. Me acompañas. Te cuento mis cosas. Muchas más que las que te contaba antes. Estás aquí. No hay secretos. Ahora ves de verdad lo que somos y lo que fuimos. Ahora sabes de verdad lo que sentimos.

A veces sueño que paseamos juntas por el Rastro, tu brazo me rodea por la espalda y charlamos animadamente vete a saber tú de qué. Estamos contentas. Otras veces entro en una fiesta en la que creo que no voy a conocer a nadie y de repente, entre todas las miradas desconocidas aparece la tuya y me siento bien por encontrarte allí. Y otras, solamente me dices que estás bien.

Hace unos días leí una entrevista a José Luis Sampedro, decía que para él la muerte era como el río que va a desembocar al mar. Cuanto más te acercas a ella, cierto sabor salado empieza a aparecer en tu boca. Tal vez ese 18 de abril tú también podías sentir el sabor de la sal.


LOVIUS.

4 comentarios:

  1. No la ves sonreír pero ella lo sigue haciendo y así es como siempre la recordaremos.
    LOVIUS

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  2. Cuanto me emocionas, me haces llorar... Te quiero

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  3. Que´ bonito, mi niña.Un besazo
    nnn

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