El
sábado tuvimos juerga con un gringo y una mejicana. Con niños y todo. Empezó
como suelen empezar las buenas juergas: sin querer. Sin querer queriendo…
Paseo
por South Beach con cervecita en mano, los niños correteando a nuestro
alrededor y flipando con el personal con el que nos vamos cruzando.
Las 9. Habrá que pensar qué hacemos. ¿Vamos a casa y cenamos algo? Vale.
Las 9. Habrá que pensar qué hacemos. ¿Vamos a casa y cenamos algo? Vale.
En
casa. Mientras los niños se encargan de destrozar todo lo que pillan, nosotros salimos a la
terracita a seguir con las cervezas y comer algo. Cerramos la puerta y que
dentro hagan lo que quieran, jugar al fútbol o quemarla. Me la pela.
Las
10 y las 11, las 12 y la 1, y las 2 y las 3... Si, ya sé que soy muy pelma con las canciones pero es que viene al caso.
Los 4 cachorros por fin se quedan sopas por ahí, donde pillan. Angelitos… Y de
repente, la mejicana se arranca a canturrear no sé qué a mi lado, hasta que lo
reconozco y pienso: Uy..., no sabe donde se está metiendo… Y claro, me pongo a
hacer los coros.
Empezamos
con rancheras, que el grito mariachi anima mucho. Por fin los hombres nos
abandonan y se van a sus quehaceres de arreglar el mundo y de exaltación de la
amistad. Mi colega y yo seguimos a lo nuestro:
- ¡¡¡Con
dineeeero y sin dineeeero, hago sieeeeempre looo que quieeeeero, y mi palabra es
la leyyyyyyyyy!!!
(Tengo que decir que mi casa es un edifico serio donde jamás en la vida hemos oído una voz mas alta que la otra y menos a esas horas)
Pues
eso, que cantamos cual locas en la terraza como si el mar fuese nuestro fan mas
fiel.
¡Qué
bien se siente una cuando se cree que canta como los ángeles aunque lo haga
como el culo! Te creces, y cada canción nueva vas un poquito más lejos. Hasta
que por fin te levantas y mando a distancia en mano a modo de micrófono, lo das
todo y te partes de risa. Y gesticulas e imitas las muecas que ponen los
cantantes -nunca he sabido muy bien por qué- pero lo haces igual. O eso crees. Y
piensas: si es que yo tenía que haber sido cantante…
Y ahí
queda. Del día siguiente mejor hablamos en otro momento. Creí morir.
Hija mía que mal te lo montas…
ResponderEliminarFatal. Mal. Muy muy muy mal.
EliminarJajajaja, que malas son las resacas pero seguro que mereció la pena porque pinta que lo pasasteis genial genial, jeje. Un besito!
ResponderEliminarClaro que mereció la pena! Aunque el día siguiente fuese de espanto…
EliminarUn beso!
Ya se sabe que no hay romería que no pese al otro día. Pero y lo bien que te lo pasaste? Que te quiten lo bailado
ResponderEliminarBesos
Cómo mola!! No hay romería que no pese al otro día!! Cuanta sabiduría!!
EliminarBesos!
Jaja, Curra yo de eso sé un poco , que tengo media familia mexicans. ¡Ay ,Jalisco no te rajes! . Me encanta una canción que se llama El Mariachi Loco .... ¡Fijo , te la cantan todos los mexicans! Pregúntale a tu guate.....
ResponderEliminarPues sí! Pregunté y me la cantaron. Como locos.
EliminarLo malo es que yo no la conozco… Así que sólo pude hacer de espectadora...
jajajajaja Por favorr....ese momentazo se merecía un video seguro!! Anímate y nos deleitas en la próxima juerga :-D
ResponderEliminarMenudo peligro… Menos mal que no se nos ocurrió! Debe ser muy duro ver la cruda realidad...
EliminarImpresionante lo que dan de sí unas cervezas! Sólo espero que los vecinos no te pongan mala cara pero bueno, la próxima vez los invitas, jeje.
ResponderEliminarLos vecinos no dijeron ni mu, cosa que no entiendo porque de verdad que son todos súper silenciosos...
Eliminar