Hoy
hace dos años que no te veo sonreír. Hace dos años que quedamos para decirnos
adiós porque nos íbamos a Miami al día siguiente. Te
recuerdo con tu chaleco de cuero, tu mirada verde tan viva y esa sonrisa como
embobada cuando mirabas a los cachorros. Tenías ese halo que hace brillar a las
personas buenas, a las que quieren dar amor de verdad.
No te
dije adiós. No quería decirte adiós. Ahora me arrepiento.
Pero
todos los días de estos dos años te he tenido más presente que los últimos 10.
Te imagino en mi terraza mirando al mar, con la esperanza de ver un delfín. O
sentada en la silla de mi habitación con esa media sonrisa tan tuya y con cara
de contemplación, mientras yo trasteo por la casa. Me acompañas. Te cuento mis
cosas. Muchas más que las que te contaba antes. Estás aquí. No hay secretos.
Ahora ves de verdad lo que somos y lo que fuimos. Ahora sabes de verdad lo que
sentimos.
A
veces sueño que paseamos juntas por el Rastro, tu brazo me rodea por la espalda
y charlamos animadamente vete a saber tú de qué. Estamos contentas. Otras veces
entro en una fiesta en la que creo que no voy a conocer a nadie y de repente,
entre todas las miradas desconocidas aparece la tuya y me siento bien por
encontrarte allí. Y otras, solamente me dices que estás bien.
Hace
unos días leí una entrevista a José Luis Sampedro, decía que para él la muerte era
como el río que va a desembocar al mar. Cuanto más te acercas a ella, cierto
sabor salado empieza a aparecer en tu boca. Tal
vez ese 18 de abril tú también podías sentir el sabor de la sal.
LOVIUS.
No la ves sonreír pero ella lo sigue haciendo y así es como siempre la recordaremos.
ResponderEliminarLOVIUS
Cuanto me emocionas, me haces llorar... Te quiero
ResponderEliminarQue´ bonito, mi niña.Un besazo
ResponderEliminarnnn
Qué bonito María. Besos.
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