Soy madrileña, pero vivo en Miami desde
hace más de un año, con mi marido el Currante, y mis dos hijos, Currito de 5
años y Currita de 2. Mi nueva vida como expatriada, mis pocas relaciones
sociales y mi aburrimiento matutino, me han traído hasta aquí.
No doy el perfil de mamá y esposa
entregada y no soporto ser ama de casa. Siempre he tenido otras inquietudes y
he logrado hacerlo todo compatible. El problema es que aquí me está costando un
huevo…
La idea de vivir fuera unos años siempre
llamó mi atención. Me imaginaba una vida súper interesante, en la playa, conociendo
una cultura nueva, rodeada de gente diferente, mis cachorros felices… una
aventura… ¡Qué ingenua! Aquí, curro en tareas relacionadas con la familia, como
no he hecho en mi vida. Desde que me levanto hasta que me acuesto. Y no digamos
cuando mi querido Currante emprende viaje rumbo al sur, y me deja como a
Fonseca, triste y sola, porque esa es otra: el Currante viaja unas tres semanas
al mes.
Miami es una ciudad multicultural llena
de contrastes. Sin duda, estar aquí es una oportunidad y una experiencia. Quiero
contaros en clave de humor, como es la vida de una guiri española en los
Estados Unidos de América, bueno y alguna cosilla más que se cruce por el
camino. ¡Casi na!
Espero distraerme y divertirme. Distraeros
y divertiros, y prometo, escupitajo en mano (que cerdada), pasar por aquí con
mucha frecuencia.
No me llamo Curra, aunque aquí sea un
oportuno calificativo.