Tengo
resaca. Me pesa el cuerpo, me duele la cabeza como si me hubiese pasado un
tractor por encima. Tengo nauseas y sueño. Mucho sueño.
Me
siento en el sofá y sujeto mi cabeza con las dos manos suplicando que el
ibuprofeno haga su faena. Y a ratos, me miro a mi misma
de reojo y me digo:
- Si
es que…
- Si
es que, qué.
-
Menuda cogorza, guapa.
- No
estoy de acuerdo. Tampoco fue para tanto. Lo que pasa es que no tengo
costumbre. Además, de siempre se ha dicho que cuando bebes mucho en la playa no
te emborrachas, y ahora vivo en la playa.
- No, si encima de borracha vas a ser idiota.
Me siento idiota.
Y me
entra cargo de conciencia porque no he ido a clase. No puedo. Y me arrepiento
en lo más profundo de mi ser de haber bebido. Y maldigo a la cerveza y a sus
encantos. Y me juro a mi misma que jamás, jamás en mi vida volveré a pasar de
tres. Ese va a ser mi tope y sólo en ocasiones.
Entonces
de nuevo siento que me estoy mirando de reojo:
-
Pero ¿cómo qué tres? Y te parecerán pocas…
- No…
-
Deberías jurar que nunca más probarás el alcohol. No que no vas a tomar más de
tres cervezas. Menudo morro tienes tía y vaya mierda de arrepentimiento el
tuyo.
- Soy
realista – me reafirmo.
- Y
borracha – me vuelvo a refirmar.
- Ya…
Chuza! Cómo te lo pasas jodía...
ResponderEliminarBueno… Ahora que ya está la resaca superada…
Eliminar¡¡¡¡SIIIIIII!!!!! ¡¡¡Me lo pasé genial!!!
Si seré tonta que hasta te envidio.. entre embarazo y lactancia llevo dos años sin catar alcohol jaja...
ResponderEliminarUy pues cuidadito que el día que lo cojas fijo que terminas como yo….
EliminarJajajjajajja, pues yo mataba a hora mismo por una cervecita y no se yo si sería una detrás de otra...
ResponderEliminarSi es de vez en cuando vienen muy pero que muy bien!
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