Flora
se levanta a las 6, aunque su trabajo no empieza hasta las 9. Necesita tiempo
para llevar a Linda, su hija de apenas 9 meses a casa de Ana, una señora
de 75 años que tiene montada una guardería ilegal en el salón mugriento de su
casa. Después de dejar a Linda, lleva a Libertad al colegio, su
otra hija de 5 años.
Si los autobuses han pasado a su hora le quedará algo de tiempo para tomarse un café antes de empezar su jornada. Le gusta bajar a la playa e imaginar como el mismo agua que llega a las orillas de Miami Beach también llega a las de su país. Y tal vez su madre también esté como ella mojando sus pies, y así las dos sin darse cuenta comparten el mismo agua…
Sube
corriendo Lincoln Road hasta llegar al restaurante en el que trabaja atendiendo
las mesas. Por suerte su madre se preocupó de que aprendiera inglés, y gracias a
eso pudo encontrar trabajo nada más llegar de Cuba.
Trabaja
de camarera de 9 a 3, con media hora para almorzar. A las 3 vuela a casa de la
señora Joan, a limpiar y planchar durante otras 4 horas.
Cuando
llega a casa, después de haber recogido a Linda en casa de Ana y a Libertad en
casa de una vecina que le hace el favor de recogerla del colegio y de cuidarla
hasta que llegue del trabajo, son casi las 9 de la noche.
En
media hora baña a sus niñas y las acuesta. Luego calienta la cena que dejó
preparada el día anterior y mientras se lo come, comprueba que Libertad ha
hecho bien sus deberes. Cocina algo para el día siguiente, se ducha y se va
dormir. Son las 11.
Al
día siguiente volverá a ser lo mismo, e increíblemente seguirá siendo la camarera más amable y sonriente del restaurante.
Feliz día del trabajo!
Feliz día del trabajo!
Pobre Flora sin ver a sus niñas… Aunque habrá muchos que piensen que por lo menos tiene trabajo...
ResponderEliminarEs que si encima no tuviese trabajo… Imagínate...
EliminarVaya con el sueño americano... :(
ResponderEliminarPor aquí ves de todo, y casos como el de Flora hay un montón!
EliminarVaya a mi estas historias me ponen los pelos de punta!!!! se me saltan las lágrimas...pobre Flora que no disfruta de sus hijos y pobres niños todo el días sin su madre...qué triste!!!!
ResponderEliminarSi, debe ser muy duro. Al menos tiene los fines de semana...
EliminarLamentablemente nuestra amiga flora se tiene que sentir una afortunada.EN este mundo hay algo que crece dia a dia sin retroceso y eso es la miseria.Mientras cuatro golfos sin ninguna conciencia se lo llevan por la geta ,hay millones de personas que pasan hambre.Si, hambre, en pleno siglo XI y con tantos avances tecnológicos el ser humano prefiere ir a marte que evitar el sufrimiento de sus semejantes
ResponderEliminarMuy triste , pero real .
¿intentamos ser mas generosos, para ir empezando.....?
Cuanta verdad...
ResponderEliminarMe apunto desde ya a esa generosidad que propones.
Cuanto tenemos que aprender de Flora.A que si....
ResponderEliminarMucho, mucho.
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