Las
que liamos para ir a la playa son tremendas. Está cerca como para ir andando o
en bici, y demasiado cerca como para en ir coche, así que como vamos como
mulas de carga, preferimos las bicis.
Currito
es autónomo y va solo. Currita en una sillita en la bici del Currante. A mi
espalda, mochila con toallas, cremas, comida y lo que se tercie. El Currante se encarga
de una bolsa llena de juguetes de playa y una nevera con hielo y bebidas que por cierto, pesa un huevo.
El
camino hasta la playa es la marina de South Point, que para el que no lo conozca, lo
recomiendo, es bonito bonito, lleno de barcos, palmeras y jardines.
El
domingo pasado empezamos la temporada de playa. Hizo un día espectacular porque
no hacía demasiado calor y el agua del mar empieza a estar calentita otra
vez.
Plantamos
las toallas y el culo en la arena, abrimos una cervecita y unas patatas y ¡listo!
¡Ya estábamos en la playa! Currita como siempre ejerciendo de dueña y señora de
las patatas y Currito se colocó sus gafas de bucear y fue directo al agua.
Todo estaba en orden hasta que de repente, mientras miraba como saltaba las olas mi cachorro, también vi como la gente que estaba
dentro del agua salía por patas hacia la orilla. Todos a la vez. Así que
llamé a Currito como buena madre española que soy, estilo Morancos:
-
¡¡¡Curriiitoooooooooooooo, salete del aguaaaaaaaa!!! ¡¡¡YAAAAAAA!!!, grité dejándome el alma.
- ¡Un
tiburón! ¡Un tiburón!, se empezó a escuchar.
Si claro, pensé. Y Spiderman.
Era
curioso ver el mar vacío y la playa a tope de gente mirando todos en la misma dirección.
Al segundo
aparece una vigilante, igualita que las de las pelis, y dice:
- ¿Pero
que hacéis? ¿Estáis tontos o qué os pasa?, decía la súper rubia agarrando esa
cosa roja que llevan en la mano que no sé muy bien para que sirve.
- ¡Qué hay un tiburón!, contestan de lejos.
- ¡Qué
tiburón ni que ocho cuartos! ¡Es un manatí! Un indefenso manatí. Y ya se ha largado, asustado con tanto grito, decía sacándose las
braguitas de biquini del culo.
- ¡Todo el mundo al agua de nuevo! ¡Vamos! Que parece que tenéis ganas de que
venga un tiburón de verdad. Y por lo menos hoy era un manatí, ¡porque ayer fue un cartón!
Menuda
mala leche se gasta la rubia con lo mona que es.
Yo me estoy bañando y me aparece semejante
bicho al lado y la que puedo organizar pasa a la historia de Miami. Que un manatí no te comerá (o igual sí) pero asustar, asusta
un huevo. ¿O no?
Qué cosa más fea!!!!!!!! y vaya sustazo no????
ResponderEliminarGracias por recomendar un sitio al que no podré ir jamás...y bueno lo de contar como vais a la playa cuando aquí estámos congelándonos...no no no eso no se hace amiga!!!!
Besos verdes de envidia
Algo bueno tenía que tener esto!!
EliminarBeso!
no asusta, es una criatura preciosa y pacifica
ResponderEliminarA mi se asusta, y mucho.
EliminarMuy bonito para ver desde fuera del agua, pero no para que te pase al lado y te toque con la cola uffff :-) Yo he visto leones marinos en la playa y son una pasada.
ResponderEliminarBesos!
Impresionan mucho, la verdad. Son enormes!
EliminarBeso!
Vaya sustazo, a mi me da algo si me pasa ese bicho por al lado, por más infensivo que sea, jejej. Un saludo!
ResponderEliminarTal cual. Me da algo.
EliminarBeso!
Y que tal en la playa? Han ido apareciendo los primeros pollitos y medusas??
ResponderEliminarBesos de paca sin muela
No vimos ninguno, te estarán esperando…
EliminarAsusta, asusta... yo ahí no me meto, ni de coña me baño con el idefenso bichito jaja!
ResponderEliminarEl pobre tiene cara de bueno pero es tan grande…
EliminarAsí vamos nosotros a la playa también, cargados hasta las orejas con las bicis, la playa no está en Miami beach pero también es la que más cerca nos pilla.La cerveza es el alimento más internacional que existe, une culturas y también siginifica tocarse el moch. En la playa a la que vamos no hay manaties, pero suele asomarse la vecina del 5º que impresiona mucho más en bikini.
ResponderEliminarMr Pouman
Ay que miedín la vecina del quinto!!!
EliminarFelicidades carroza