Tras
un año en Madrid, hoy me han preguntado si después de tanto tiempo fuera de
casa, sigo siendo la misma, si todo está siendo como lo imaginaba. Y así
resumiendo, puedo decir que está siendo mejor, casi casi como si no me hubiese
ido nunca.
Me he
acordado que cuando planeábamos marcharnos, mi querida Cocó –que lleva
tropecientos años viviendo fuera de España- me dijo para animarme:
-
Vete, no tengas miedo, para ti van a ser mil cambios y oportunidades, pero
cuando vuelvas, aquí todo va a seguir igual.
Y
básicamente así ha sido. Los cachorros han crecido, hay locales nuevos y otros han
cerrado, pero el resto sigue igual… Puede ser que haya más canas a mi alrededor,
y no miro a nadie en concreto, lo digo en general.
En
cambio yo, vuelvo más fuerte, más segura de mi misma, con planes nuevos, más
amigas, más arrugas y un poco más hortera que antes.
Miami
es una ciudad de contrastes y eso siempre es positivo, ya lo dije en otra
ocasión, pero cuando el “diferente” eres tú, es inevitable volverse más
tolerante. Y la tolerancia hoy en día es siempre un valor añadido, un plus que
debería contar en el currículum y en la cola del paro.
Lo que
está claro es que si la vida te da la oportunidad de irte unos años de tu país,
no lo dejes escapar y ¡vuela!
Reconozco
que algún ataque de nostalgia he tenido, sobre todo cuando el verano no llegaba
nunca y los días eran cortos. De repente me acordaba del calorazo, de la playa,
de la vida al sol y siempre siempre, de mis queridas Di y Valle… Ay… A ellas las
echo de menos siempre.
Y a
veces me vuelvo a imaginar haciendo la maleta y poniendo un montón de kilómetros
de distancia. Imagino un destino y echo a volar con la imaginación. Y también
alguna vez, se lo he llegado a proponer al Currante:
-
¿Nos vamos?
Pero
es tan facilón… Siempre me dice que sí, y así no vale. Tal vez si algún día
pone resistencia, a mí me dé por insistir.
Así
que, tal y como esperaba, y a pesar del vacile del gobierno de este país, aquí
todo sigue igual y yo soy un poquito mejor, o eso me gusta creer.
En esto pensaba en el mes de febrero |
Claro que eres un poquito mejor, pero muy poquito...
ResponderEliminar¡De eso nada! Soy mucho mucho mejor ;)
EliminarLo que no sabes, Mamácurra, es lo que cambia Miami sin tí.....!!!!!
ResponderEliminarBuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaá!
Gracias querida Di,
Eliminar¡Volveré!
Estoy contigo totalmente! Salir y ampliar horizontes es fundamental. Si tuvieras playa en Madrid ya sería completa!! Yo ya no puedo vivir sin el mar,¡Lo tengo a mis pies cada día!.. Me alegro saber de tí Curra...
ResponderEliminarGracias por tu relato Mama Curra siempre son estimulantes y se te agradecen. Es verdad! Viajar es ampliar horizontes. Un abrazo.
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