martes, 19 de abril de 2022

Siéntate y escribe

- Siéntate y escribe.

- ¿Y qué escribo?

- Tú sabrás.

- Ya...

Hay veces que esto es así. Eso de las musas es una trola como una catedral. Creo más en esa frase tan sabia de Picasso que decía: 

"Que las musas te pillen trabajando"

Así es. Empiezas juntando unas palabras que no terminan de convencerte y de repente hay una página entera, que sigue sin convencerte pero mejora tu estado de ánimo.

Y mañana por fin sin mascarillas, eso sí que es una alegría. 

Miro por la ventana un rato. El teclado, el teclado lo miro mucho, como si en él estuviese la respuesta. Fijamente, con mis dedos esperando a recibir la orden de empezar a trabajar como locos, como si esperaran oír: preparados, listos, ¡YA!

Cada vez hay más perros en este barrio, ladran y ladran. 

También miro las fotos que tengo en mi mesa, mi padre en una y en otra mi madre y yo juntas y abrazadas. Los miro sin más. Me busco en ellos, los ojos, la nariz, tal vez los labios... Y vuelvo a mis manos sobre el teclado que siguen quietas sin saber que hacer. Miro mucho el cielo que se ve desde la ventana, las nubes, los pájaros, a veces algún avión.. Y sigo esperando no sé muy bien el qué. 

Tengo que comprar leche, y pedir hora en el dermatólogo para Currito.

El reloj me avisa de que pronto esta casa se llenará de jaleo, a Dior gracias, y se terminará mi tiempo y con él mi oportunidad de escribir.

El tiempo avisa de muchas cosas, igual que el color del cielo. Mi madre y yo tenemos la nariz igual, creo que Currita también.

Hay que limpiar los cristales.

martes, 5 de abril de 2022

Primavera

Hay que ver las ganas de primavera que tenemos algunos (entiéndase por primavera sentirse un poco libre, solo un poco, eso del vientecillo en la cara acompañado de una sonrisa tonta).

Que entre confinamientos, mascarillas, volcanes, guerras, inflación y sobre todo miedo, hace ya mucho que no nos sentimos así. Demasiado. Es tan fuerte lo que está ocurriendo que no somos capaces de asimilarlo, que nos parece una película. Y lo peor es que aún tenemos la sospecha de que de repente alguien diga: la variante nosecuantos está arrasado de nuevo... Al menos a mí me pasa. Siria, Afganistán... ¡Hay tanta mierda!

La cosa es que parece que la primavera nos aclara el pensamiento, nos pone buena cara y nos hace creer que otra vida es posible, sin guerras y sin mascarillas, luciendo sonrisa, que por muchos dientes feos que tengamos siempre será mejor.

Los días ya son más largos pero ahora hace un frío de narices. Aun así todos estamos pendientes de ella, de que asome su preciosa cara y nos sonría, con sus flores, sus terrazas al sol, su buen humor y sus ganas de cosas bonitas. Ay...

Ya casi está aquí, ¿podéis olerla?